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23/04/2025 | 23 de abril de 2025

LA VIOLENCIA Y EL ATAQUE A LA PRENSA


El Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires reitera su profunda preocupación frente a los insultos y descalificaciones que ganan cada vez más espacio en el debate público. Esta situación se agrava, y mucho, cuando esos insultos son proferidos o hechos propios por el Presidente de la Nación o por funcionarios públicos de distinta jerarquía.

La existencia misma de la democracia reclama una amplia libertad de prensa; ese vínculo es tan intenso que, conforme lo sostiene la Corte Suprema de modo constante desde 1960, sin una amplia libertad de prensa existiría tan sólo una democracia desmedrada o puramente nominal.

La democracia liberal permite, y en ocasiones exige, que las autoridades se pronuncien en forma activa sobre cuestiones de interés público. A su vez, los funcionarios públicos, y más que nadie el Presidente de la Nación, tienen derecho refutar todas las críticas y acusaciones que se les realicen y llevar ante la justicia a aquél que transgreda los generosos límites que aseguran los artículos 14 y 32 de la Constitución Nacional. Pero por muy encendida o vehemente que sea esa respuesta, ella encuentra un límite especialmente en las formas. Responder a las críticas con violencia o insultos importa vulnerar ese límite. Ese tipo de respuesta inevitablemente cancela el debate civilizado de ideas y deteriora la convivencia.

El insulto, el amedrentamiento, y el intento de deslegitimar a la prensa o a los periodistas cuando manifiestan sus críticas al gobierno, si proviene de funcionarios públicos, adquieren una gravedad particular, la cual se acrecienta cuanto más alto sea el cargo que circunstancialmente esos funcionarios ejercen. Es precisamente la posición de poder de un funcionario la que otorga a sus palabras un peso especial y reclama de él mayor responsabilidad. Pues si él se expresa con lenguaje agresivo o amenazante, esa forma de manifestarse tiene un singular efecto intimidatorio que tiende a limitar o silenciar las voces críticas en el debate público. El daño a la libertad ya se habrá consumado.

El Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires expresa su más firme convicción acerca de que una sociedad abierta presupone escuchar a los demás, pues a ellos debemos nuestra razón; esa sociedad solo puede construirse a partir de aceptar el debate de argumentos y rechazar el insulto. Para ello la prensa cumple un papel insustituible, y se debe evitar toda afectación a esta preciada institución liberal, que ha sido una conquista de la cultura occidental, y sin la cual la República se vería seriamente amenazada.

El Directorio