Por Carolina Zang y Delfina Balestra
En la práctica del derecho, existe
un enorme poder transformador cuando se utiliza el conocimiento jurídico no
sólo para resolver disputas o proteger intereses comerciales, sino también para
promover el acceso a la justicia en las comunidades más vulnerables de nuestro
país. Seguramente la mayoría de las personas que leemos la revista del Colegio
estamos dentro del cincuenta por ciento del país que nacimos con más
oportunidades, y es por eso, que podemos y debemos colaborar para que la vida
del otro cincuenta por ciento de los argentinos que viven en situación de
vulnerabilidad socioeconómica pueda conocer sus derechos y acceder al ejercicio
de los mismos.
La complejidad de las problemáticas
que enfrentamos al acompañar a las comunidades más desfavorecidas a nivel local
y global, nos invitan a estar más comprometidos que nunca con los grandes
desafíos que la sociedad enfrenta, como ser el acceso a la justicia y ejercicio
de los derechos fundamentales de personas con vulnerabilidad económica y que
necesitan ayuda legal para las personas con discapacidad, adultos mayores,
mujeres víctimas de violencia, niñez en riesgo, acceso a la salud, etc.
Desde mi rol como
Directora Ejecutiva de la Comisión de Trabajo Pro Bono e Interés Público (en
adelante, la “Comisión Pro Bono”) de nuestro querido Colegio, estoy convencida
de que todos los abogados, en algún momento de nuestra vida profesional,
realizamos trabajo pro bono. Sin embargo, la Comisión asumió desde hace casi 25
años el firme compromiso de hacerlo de manera institucionalizada y
colaborativa, contando con la participación de más de 3.000 abogados
organizados en diversos programas.
En ese tiempo, hemos
tenido la oportunidad de reunirnos con colegas de todo el país que trabajan de
manera voluntaria y gratuita en asuntos de interés público, o que desean
involucrarse, convencidos del impacto positivo que puede lograrse desde la
abogacía privada cuando se actúa en forma asociativa y cooperativa. Esta
convicción refuerza nuestro compromiso con el trabajo en equipo y la búsqueda
de soluciones legales que contribuyan al bienestar de nuestra sociedad.
A lo largo de los
últimos 12 años, he sido testigo de cómo el pro bono tiene la capacidad de
cambiar vidas, cerrar brechas de inequidad y reforzar el acceso a la justicia
para aquellos que más lo necesitan. Me motiva la idea diaria de, si podemos,
renovar el compromiso de hacer algo por los demás entendiendo que nadie sobra y
que todos nos merecemos una vida digna.
Desde este lugar, y en
base a la experiencia acumulada durante décadas de la Comisión Pro Bono es que
quiero hacer un llamado a la comunidad jurídica privada a profundizar su
compromiso con esta causa y hacer del pro bono un pilar en su ejercicio
profesional. Tengo la profunda certeza de que acompañando el dolor, tenemos el
regalo de encontrarnos con miles de profesionales que en Argentina y en el
mundo trabajan con la convicción y entrega de que una sociedad mejor es
posible, lo cual nos saca de la queja de la sobremesa y nos invita a ser
agentes de cambio.
En la comunidad pro
bono tratamos, entonces, de hacer desde el derecho lo posible y de pronto,
muchas veces nos encontramos haciendo lo que antes creíamos imposible.
La Comisión y el Pro Bono como motor de cambio
Durante la profunda crisis
económica, social, política e institucional que impactó a Argentina entre 2000
y 2001, varios estudios jurídicos de renombre comenzaron a ofrecer asistencia
legal gratuita en casos de interés público. Estas iniciativas apoyan tanto a
organizaciones sociales sin fines de lucro como a personas de comunidades
vulnerables. En este contexto, en 2001, un grupo de abogados del Colegio de
Abogados de la Ciudad de Buenos Aires lideró la creación de la Comisión Pro
Bono, con el objetivo de formalizar y estructurar el trabajo legal pro bono.
La Comisión Pro Bono se estableció
para crear un marco formal que conectara casos que necesitaban asesoramiento
legal con estudios jurídicos especializados dispuestos a brindar su apoyo. Esta
estructura permitió a los estudios colaborar en casos complejos, ofreciendo
asistencia más integral y personalizada a las personas y organizaciones
atendidas. Desde su creación, la Comisión Pro Bono se ha consolidado como la
principal fuerza impulsora del trabajo pro bono en Argentina, promoviendo la
responsabilidad social entre los abogados y mejorando el acceso a la justicia
en todo el país.
La colaboración entre estudios
jurídicos ha sido un pilar fundamental del éxito de la Comisión Pro Bono. Desde
su creación, la Comisión Pro Bono ha construido una red diversa de estudios
jurídicos, departamentos legales corporativos y abogados individuales, todos
trabajando de manera voluntaria y coordinada para brindar asistencia legal
gratuita a personas y organizaciones sin fines de lucro. Esta sinergia ha
permitido ofrecer un apoyo legal integral a quienes más lo necesitan,
potenciando el impacto de los esfuerzos pro bono.
Impacto en la Comunidad y en la Profesión
Uno de los aspectos más poderosos
del pro bono es su efecto multiplicador. Cada vez que un abogado asume un caso fuera
de su especialidad, lo hace impulsado por una causa justa y la conciencia del
privilegio de su formación. Este compromiso de salir de la zona de confort y
abordar, en colaboración con la red de abogados de la Comisión Pro Bono, casos
invisibilizados pero urgentes, no solo amplía habilidades, sino también
horizontes. Al enfrentar estas realidades, los abogados descubren que su
trabajo tiene un impacto transformador, dejando una huella de esperanza en
comunidades vulnerables y reforzando la potencia del derecho como herramienta
de transformación social. Cada caso pro bono es una semilla de cambio social:
al mejorar la vida de una persona, impactamos a toda una comunidad, generando
un efecto multiplicador que refuerza el acceso a derechos fundamentales y amplía
las fronteras de la justicia.
El trabajo pro bono mejora las
comunidades de una manera tangible y duradera. Desde proyectos de acceso a
derechos fundamentales para personas en situación de vulnerabilidad, hasta la
protección de derechos humanos de mujeres, niñas y niños, cada caso exitoso
refuerza la noción de justicia como un derecho universal. El impacto es real y
medible.
Nuestra profesión nos confiere el
privilegio y la responsabilidad de tener el monopolio del acceso a la justicia.
Y en un país con profundas desigualdades sociales, económicas y geográficas,
muchos ciudadanos carecen de los recursos para acceder a una defensa adecuada.
El trabajo pro bono ofrece una solución concreta: una herramienta para
garantizar que el derecho sea realmente para todos, y no solo para quienes
pueden pagarlo.
¿Qué es lo que puede motivar a un
abogado en la práctica privada a involucrarse? Infinitas y diversas según la
persona pero además de la satisfacción personal de ayudar, el pro bono permite
a los profesionales ampliar sus competencias, desarrollar la escucha activa, la
empatía, el trabajo colaborativo interestudios,
trabajar en áreas del derecho que quizás no exploran en su práctica diaria, y
contribuir de manera directa y significativa a la sociedad.
La filosofía pro bono y ser abogados
Más allá de los libros, los códigos,
las salas de audiencias y el título; ser abogado es asumir un compromiso con la
justicia. Es comprender que nuestra profesión no se limita a resolver
conflictos legales, sino que es un puente hacia una sociedad más equitativa. El
derecho no es solo un conjunto de normas; es una herramienta poderosa para
transformar vidas, dar esperanza y construir comunidades más solidarias.
Como abogados, hemos recibido un
privilegio inmenso: el conocimiento para interpretar y conseguir que se aplique
la ley. Este privilegio es una invitación a marcar una diferencia en el mundo,
nuestros títulos universitarios son un recordatorio de nuestra responsabilidad
ética hacia quienes no tienen acceso a la justicia.
La filosofía pro bono encarna este
ideal. Es la expresión más pura de nuestro compromiso con el bien común, un
acto voluntario donde la vocación y la empatía se encuentran para servir a los
más vulnerables. No se trata solo de hacer "algo bueno"; sino que
redefine lo que significa ejercer el
derecho con propósito.
En un país donde millones de
argentinos enfrentan barreras insuperables para defender sus derechos, el
abogado pro bono es la voz que rompe el silencio. Es el profesional que -como
el buen samaritano- se detiene, escucha y se atreve a mirar más allá de los
límites de su oficina para responder al llamado de la justicia, sabiendo que un
acto de solidaridad profesional puede cambiar una vida, una comunidad, y, en
última instancia, el tejido de nuestra sociedad.
Un caso, la voz de cientos de clientes pro bono
María, enfrenta una lucha diaria contra la insuficiencia
pancreática, una enfermedad crónica que requiere de medicación de alto costo
(Creón 25000 - Pancreatina 300mg) para garantizar su calidad de vida. Sin obra
social, sin trabajo registrado y atendida en el Hospital Público Posadas, María
se encontró en una situación crítica cuando en octubre dejó de recibir los
medicamentos debido a su elevado costo. El caso de María llegó a la Comisión
Pro Bono, donde tomamos acción inmediata. A través de gestiones que incluyeron
llamados telefónicos al Ministerio de Salud, confección de formularios de la
consultante y correos electrónicos a la Dirección de Asistencia Directa por
Situaciones Especiales (DADSE), la Comisión Pro Bono intervino para garantizar
que María pudiera acceder nuevamente a su tratamiento. Gracias a estos
esfuerzos, se logró que se le otorgara la medicación necesaria por un período
inicial de tres meses. "Mas que feliz”
“Inmensamente agradecida”, "Alrededor mío se mueve muy buena gente, como
ustedes, que utilizan todo su conocimiento y su voluntad en atender gente como
yo, que no me conocen", expresó María con esa gratitud de quien creyó
que ya no había esperanza. Su caso no solo destaca la importancia del trabajo
conjunto entre instituciones y profesionales comprometidos, sino también la
necesidad de que las personas en situación de vulnerabilidad tengan acceso
garantizado a la salud y a los recursos esenciales para vivir con dignidad.
Recuerdo también con emoción, las
palabras de Lucía una
trabajadora ambulante informal quien tras la intervención de un grupo de
abogados de distintos estudios de la Comisión Pro Bono que restituyo la salud y
calidad de vida a su hermana nos agradece “Estos
abogados pro bono me devolvieron la esperanza, no sólo por el profesionalismo
sino la calidad humana, son superhéroes sin capa!” Estas palabras son sólo un ejemplo que nos da la certeza que en cada gesto de
compromiso pro bono, no solo se escribe una nueva página en la historia de
alguien más; también se escribe una nueva página en nuestra historia como
abogados y de llevar prestigio a nuestra profesión.
El Desafío: Hacer parte del ejercicio profesional el Pro
Bono
Nuestro objetivo es seguir
promoviendo una cultura del pro bono que abarque a toda la comunidad jurídica
para, así, consolidar una cultura pro bono que transcienda las fronteras de lo
voluntario o altruista para convertirse en una herramienta esencial de
transformación social. Ya no se trata de actos
aislados, sino de una práctica estructurada y colectiva que nos permite
enfrentar desafíos complejos y garantizar que el acceso a la justicia sea una
realidad para todos, especialmente para los sectores más vulnerables.
En este contexto, el
rol de los profesionales del derecho resulta indispensable. Su experiencia,
capacidad, dedicación y su compromiso son pilares fundamentales para ampliar el
impacto del trabajo pro bono y llevar asistencia legal a quienes más lo
necesitan. Cada abogado, cada departamento legal y cada estudio que se suma a
esta causa no solo aporta sus conocimientos, sino que refuerza el mensaje de
que la justicia no debe ser un privilegio reservado a unos pocos, sino un
derecho accesible para todos.
Desde la Comisión Pro Bono,
seguiremos trabajando para hacer del pro bono un motor de cambio. Estoy
infinitamente agradecida por los abogados, departamentos legales y estudios que
confiaron y ya han asumido este desafío. Sin
embargo, somos conscientes de que todavía queda mucho por hacer. Cada día
surgen nuevos casos, nuevas personas y organizaciones de la sociedad civil que
necesitan asistencia legal, por eso quiero animar a aquellos que aún no
se han sumado a que lo hagan. Desde la Comisión Pro
Bono, los acompañaremos en este camino, brindando el apoyo necesario para que
puedan hacer una diferencia desde su rol profesional. ¡Los estamos
esperando!
En definitiva, cuando la justicia
llega a quienes más la necesitan, no solo cambiamos el destino de personas y
comunidades vulnerables. Cambiamos el ejercicio del derecho, dotándolo de un propósito más elevado y transformador. Y,
en última instancia, contribuimos a construir una sociedad más justa, inclusiva
y solidaria.
Una de las principales barreras que
enfrentamos en la promoción del pro bono en el ámbito privado es el tiempo. A
menudo, los abogados están inmersos en la vorágine de la práctica privada, y
puede parecer difícil encontrar un espacio para dedicar a casos pro bono. Sin
embargo, en la Comisión Pro Bono somos facilitadores, promotores y nexo para
que los abogados que se ofrecen voluntariamente puedan tener la curaduría de
los casos y hacer un uso de su tiempo más eficiente. La Comisión Pro Bono
trabaja para hacer que la participación en el pro bono sea accesible y
significativa. Hemos desarrollado programas que se ajustan a las necesidades de
los estudios, con un enfoque en casos estratégicos que generan impacto y
permiten a los abogados gestionar su tiempo de manera efectiva.
La Red Federal Pro Bono
Pero los esfuerzos para ampliar la
comunidad pro bono no se limitan a nuestra Ciudad. Hace ocho años lanzamos la
Red Federal Pro Bono que es un esfuerzo colaborativo que busca extender el
impacto del trabajo pro bono más allá de la ciudad capital del país, como lo es
la Ciudad de Buenos Aires, para llegar a comunidades y provincias que también
necesitan asistencia jurídica, pero que suelen tener menos acceso a abogados.
El objetivo principal es descentralizar el acceso a la justicia y asegurar que
el apoyo legal pro bono esté disponible en todo el país. Nace de la fuerte
convicción de que en todo el territorio nacional.
Para llevar adelante esa convicción,
la Red Federal Pro Bono es fundada y lanzada en 2016 a través de una invitación
abierta de los socios de los estudios jurídicos de la capital del país a los corresponsales
a quienes les derivaban trabajo para que se sumaran al voluntariado legal o
para acompañar esfuerzos de aquellos abogados que ya estaban trabajando
voluntaria y gratuitamente pero de manera individual. El trabajo colaborativo y
asociativo es el diferencial porque sin dudas el impacto de nuestras
intervenciones es mayor. Se basa en la colaboración de diferentes clearinghouses regionales, estudios jurídicos de todo el país, ONGs y universidades de distintas provincias argentinas. Cada clearinghouse regional opera como
un nodo independiente, pero conectado, facilitando la distribución y atención
de casos en las áreas locales.
Se trata de encontrar un equilibrio
que permita a cada abogado contribuir desde su posición y con las habilidades
que ya posee. “Yo hago lo que usted no
puede, y usted hace lo que yo no puedo. Juntos podemos hacer grandes cosas” Santa Madre Teresa de Calcuta.
¿Cómo sumarse al pro
bono? El Consultorio Jurídico Gratuito como una puerta de entrada.
Ha sido desde sus inicios un pilar
fundamental para brindar asesoramiento legal a quienes más lo necesitan.
Durante el segundo semestre del 2024 con el apoyo del Directorio, se llevaron a
cabo diecisiete jornadas exitosas los lunes, combinando modalidades presenciales
y virtuales, y abordando temáticas clave como salud, familia, consumo y
previsional. Estas actividades reafirmaron el compromiso de garantizar acceso a
la justicia para las personas en situación de vulnerabilidad.
De cara a 2025, la Comisión Pro Bono
invita a los abogados interesados en sumar su experiencia y vocación de
servicio. Las inscripciones para voluntarios estarán abiertas a partir de
febrero, ofreciendo la oportunidad de unirse a una causa que no solo brinda
soluciones legales, sino que también transforma vidas y fortalece comunidades.
Participar significa formar parte de una red que, con esfuerzo colectivo,
trabaja para derribar barreras y hacer realidad el derecho al acceso a la
justicia.
Conclusión: Un Llamado a la Acción y Gratitud
Quiero invitar a la comunidad
jurídica privada a dar ese primer paso, a comprometerse con el pro bono de
manera sistemática, institucionalizada y continua. Quiero que todos los que
quieran dar ese primer paso sepan que apenas lo den estaremos la comunidad pro
bono para acompañarlos en el camino y facilitar su compromiso sea en
alfabetizaciones legales porque estamos convencidos que nadie puede ejercer un
derecho que no conoce, patrocinando, dando asesoramiento o de la manera que
mejor consideren.
Invitamos a los abogados que aún no
lo hayan hecho a suscribir la Declaración Pro Bono de las Américas para el
Continente Americano del 2008 que busca mediante la firma de este documento
fomentar y consolidar la práctica del trabajo pro bono como una herramienta para
garantizar el acceso a la justicia de las personas en situación de
vulnerabilidad y fortalecer la responsabilidad social del sector jurídico. Para
ello la intención de quien la firma implica
proveer servicios legales gratuitos de alta calidad a individuos,
comunidades y organizaciones que no puedan pagar por asistencia jurídica
mediante una meta anual de dedicación ideal de 20 horas por abogado por año. Además, habilita redes de
colaboración entre abogados/as de distintas jurisdicciones para abordar problemas
complejos que trascienden fronteras, como derechos humanos, medio ambiente, y
defensa de comunidades vulnerables, pero sobre todo busca unir y facilitar la
voluntad de colaborar desde el derecho en proyectos que realmente importan y
acompañados de una comunidad inmensamente solidaria y colaborativa.
El pro bono no es solo una práctica,
hace al tipo de abogados que queremos ser. Desde la Comisión Pro Bono, hemos
sido testigos del poder transformador que surge cuando más de 3.000 abogados,
26 estudios jurídicos y 6 departamentos legales se unen para llevar juntos
proyectos de voluntariado legal..
Esta red, que incluye a destacados
miembros como Accenture, HSBC Bank
Argentina, J.P. Morgan Chase, La Meridional Seguros, Parque Eólico Arauco,
Syngenta, y estudios como Allende
& Brea, Beccar Varela, Marval, Bomchil, Bruchou & Funes de Rioja, / Bulló Abogados / Cerolini & Ferrari / Del Carril, Colombres, Vayo &
Zavalía Lagos / Durrieu / EY / Fontán Balestra & Asociados / García Santillán, Rivarola y
Goldaracena / Martinez de Hoz & Rueda / Marval, O’Farrell & Mairal / MBP Partners / MCA Abogados / Mitrani Caballero / O’Farrell / PASBBA / Pérez Alati, Grondona, Benites & Arntsen / Pozo Gowland / Prieto Fasano / Romero
Victoria & Vigliero / Silva Ortiz, Alfonso, Pavic & Louge Abogados / Tavarone, Rovelli, Salim & Miani / Zang, Bergel & Viñes / Zapiola Guerrico & Asociados), no sólo prestan
servicio legales gratuitos de calidad sino que también apoyan financieramente
el desarrollo, gestión, seguimiento de casos pro bono y actividades de
promoción y reflexión sobre la importancia del pro bono. Esta comunidad lleva
esperanza y dignidad a quienes están más postergados en nuestra comunidad.
A todos aquellos que aún no han dado
ese primer paso, los invito a preguntarse: ¿qué tipo de abogados quieren ser?
El pro bono no requiere sacrificios imposibles, sino voluntad, pasión y
compromiso para poner su conocimiento al servicio del bien común. No hay
barrera insalvable cuando comprendemos que cada hora dedicada al pro bono es una
semilla que germina para ser agentes de cambio.
En un contexto donde millones
enfrentan la pobreza y la desigualdad, cada caso pro bono es una luz de
esperanza. Es una acción que no solo transforma vidas ajenas, sino también
enriquece nuestras propias trayectorias personales y profesionales.
¡Sumate a esta causa! Hoy, más que nunca, necesitamos
abogados comprometidos con la justicia. La Comisión Pro Bono está abierta,
lista para recibirte y acompañarte en este camino transformador. Porque juntos,
con cada pequeño gesto, podemos construir una sociedad más equitativa y justa.
A los miembros de nuestra red, mi
más profundo agradecimiento. Ustedes son el corazón de esta comunidad. Y a
quienes están por unirse, les decimos: ¡los estamos esperando con los brazos
abiertos! Juntos, sigamos haciendo del pro bono una herramienta de cambio que
inspire y trascienda.
El derecho tiene el poder de cambiar vidas, y juntos podemos
construir una sociedad mas justa e inclusiva.
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