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29/08/2006 | Declaración Pública

En el día del abogado, pedimos respeto a las instituciones


El Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires quiere destacar a la ciudadanía que el día del abogado evoca el aniversario del nacimiento de Juan Bautista Alberdi. La conmemoración tiene por tanto un sentido y relevancia especiales pues Alberdi fue un abogado prestigioso que ejerció activamente la abogacía pero fue, también, un ejemplo de civilidad que creyó en el poder de la ley para cambiar la realidad, difundió en condiciones difíciles un modelo de país sobre el respeto de los derechos individuales y, en fin, fue inspirador y artífice de la Constitución de 1853, a cuyo amparo se fundó, ordenó, institucionalizo y se hizo grande la República.

En este día, los abogados honramos su figura, comprometiéndonos a seguir su ejemplo y guardar devoción por la justicia y el derecho. En un país resignado a la crisis, donde manda la emergencia permanente, faltan condiciones de seguridad, crece la desconfianza en la justicia, a diario surgen nuevas formas de corrupción y la gente pasa delicadas situaciones de rivalidad, enfrentamiento y conflicto, el abogado debe reconocerse como hombre de derecho, defender sin respiro las instituciones, reclamar la plena y estricta vigencia de la ley, oponerse a todo sectarismo y luchar por un Poder Judicial justo, fuerte, honesto e independiente.

El país recuperó la estabilidad democrática. Pero todavía tiene mucho por delante para restablecer la verdadera vigencia de las instituciones, lograr el respeto sin fisuras de la Constitución Nacional y, fundamentalmente, la instauración de las formas republicanas de gobierno por el funcionamiento irrestricto de los tres poderes del estado, cada uno en el ámbito que le es propio, sin recortes o restricciones. El respeto de los dirigentes por la ley, la justicia y el derecho es materia pendiente, pese a que no hay otra manera de establecer el estado de derecho.

La ciudadanía se sentirá honrada y respetada cuando vea que sus gobernantes honran y respetan la ley de todos. Esa es la manera de asegurar las instituciones, ganar la confianza externa y establecer modos justos y reales de administración, distribución y desarrollo. No hay crecimiento sin paz y sosiego, condiciones básicas para difundir la ley del esfuerzo, incentivar el trabajo creativo y rescatar la solidaridad con el prójimo, valores sin duda indispensables en toda comunidad organizada.

Independencia de los Poderes: clave de la calidad de vida institucional

Hoy contemplamos asombrados como, desde el Poder Ejecutivo, se avanza en una acción persistente y sistemática con el objeto de destruir la división de poderes. Hitos claves en éste proceder son la ley de reforma al Consejo de la Magistratura, estableciendo un claro predominio del sector político y un virtual control en las designaciones y remociones de jueces por parte del oficialismo; la reglamentación de la Comisión de Tratamiento de los Decretos de Necesidad y Urgencia que, por medio de un verdadero artilugio, permite que la vigencia o invalidez pueda prolongarse indeterminadamente ante el silencio de la Comisión; la denominada ley de “superpoderes” en donde se entrega el control y la asignación del gasto al Poder Ejecutivo en forma permanente sin ningún control del Congreso.

El Poder Legislativo, salvo la resistencia encomiable de una esforzada minoría, se alinea tras el Poder Ejecutivo con el solo interés de conservar espacios o recibir dádivas que provienen de la discrecionalidad en la distribución de los fondos públicos.

El Poder Judicial, por el momento, no atina a ejercer el control de constitucionalidad que le corresponde en las acciones judiciales iniciadas por particulares y Organizaciones no Gubernamentales.

El amplio arco de la oposición no ha logrado defender con firmeza a la Nación frente a la pretensión del oficialismo del avasallamiento estructural de nuestros principios republicanos, así como tampoco ha concientizado adecuadamente a la comunidad nacional acerca del riesgo que implica la degradación de las instituciones de la república a una mera democracia electoral.
Las reiteradas prácticas de coacción que, de un tiempo a esta parte, se han venido observando sobre distintos magistrados con el claro objeto de ejercer así presión sobre su decisión o para manifestar rechazo por la respectiva resolución adoptada, que incluso en algunos casos ha llegado al hostigamiento en su vida privada, constituyen conductas altamente reprochables que están reñidas con los mas elementales principios republicanos receptados en nuestra Constitución Nacional.

En distintas provincias, se observan actos de gravedad institucional: por citar sólo algunas, mencionamos a la Justicia, muchas veces rehén del poder político y el vicio de las relaciones indefinidas de los gobernadores que se apropian del destino común con los fondos del clientelismo laboral.

La población, en general, no manifiesta una real preocupación por este el deterioro progresivo. Frente a una situación económica aparentemente próspera no alcanza a comprender que la inseguridad física y jurídica, la anomia legal, la ausencia de instituciones fuertes y confiables y la concentración del poder incuban males que la República ya ha vivido. La Argentina no volverá a gozar de la confianza imprescindible para el crecimiento económico y social, ni sus habitantes de la plenitud de sus derechos, si no se reestablecen los mecanismos republicanos de control de poder y se garantizan los derechos y garantías constitucionales, las libertades públicas que Juan Bautista Alberdi vislumbró como el correcto camino que debía seguirse para hacer nuestra Patria Grande.

Llamado Design Your Own Shirt

El Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires en el día en que se conmemora la muerte de Juan Bautista Alberdi hace un llamado a la ciudadanía toda para que se movilice utilizando los medios legales a su alcance a fin de: preservar la independencia de las diferentes funciones del gobierno, evitar el autoritarismo y reaccionar contra la concentración del poder en una sola mano a fin de evitar males que ya ha vivido la República.